Tratamientos de esguince de tobillo
Actualmente existen diversos tratamientos de esguince de tobillo gracias a que la medicina mejora cada día.
Las comúnmente llamadas torceduras de tobillo son unas de las lesiones más habituales en la parte inferior de nuestro cuerpo.
Y es que una gran parte de las personas, han sufrido en algún momento de su vida una torcedura que le ha impedido realizar una vida normal durante unos días o incluso semanas.
Cuando nos torcemos el tobillo, debemos acudir rápidamente a nuestro centro médico o pedir cita con un especialista para que valore los daños y así poder conseguir un tratamiento indicado.
En este artículo, te vamos a explicar qué son los esguinces, posibles causas, cómo diagnosticarlos y sobre todo, tratamientos para hacer que se curen de la mejor manera posible.
¿Qué es un esguince de tobillo?
Un esguince de tobillo es una lesión que sufre el tobillo cuando realiza un movimiento brusco y poco natural.
Este movimiento provoca una rotura, distensión o desgarro de los ligamentos los cuales dan lugar a dolor, inflamación y falta de movilidad en la zona afectada.
Existen diversas causas por las que se puede provocar un esguince.
Entre ellas, podemos destacar las siguientes:
- Traumatismo agudo como consecuencia de una torcedura del propio tobillo al correr, saltar o caerse.
- Mala pisada en el suelo debido a una mala nivelación del mismo u otros factores.
- Uso de calzado inadecuado que derive en un desgarro de los ligamentos.
En ocasiones se pueden provocar estas lesiones debido a una mala pisada que con el tiempo repercute directamente en las fibras del tobillo.
Síntomas
La sintomatología de un esguince de tobillo puede ser variada debido a los grados de la lesión.
No obstante, algunos los signos más relevantes son:
- Dolor intenso en la zona afectada principalmente cuando nos apoyamos sobre ella.
- Inflamación.
- Aparición de hematomas.
- Limitación de movimiento.
- Sensibilidad extrema.
Tal y como se ha comentado, dependiendo del tipo de esguince se podrá tener unos u otros e incluso todos estos síntomas.
Tipos de esguinces
Es conveniente saber que existen diversos tipos de esguince según su grado.
Y es que dependiendo de su gravedad tendrán que tratarse de una manera u otra.
Por tanto, te detallamos a continuación los diferentes grados.
Grado 1
Este es el tipo de esguince más leve.
Se origina cuando normalmente con malas pisadas o con una pequeña torcedura.
En este caso, los ligamentos sufren una distensión o estiramiento, pero no llegan a romperse.
Un paciente con este tipo de esguince normalmente puede andar, aunque contará con una ligera inflamación y dolor leve-moderado.
Grado 2
Cuando se produce un esguince de segundo grado significa que existe un desgarro ligero o parcial del ligamento.
Andar se convierte en una acción dolorosa, aunque la persona que lo sufra podrá caminar.
Por otra parte, el paciente tendrá inflamado el tobillo, probablemente aparezca un hematoma y contará con sensibilidad al roce.
Grado 3
Sin lugar a dudas los esguinces de tercer grado son los más graves de todos.
Si se produce un esguince de este tipo, significará que el ligamento se ha roto o desgarrado totalmente.
El dolor es muy intenso y localizado y se sufrirá una gran inflamación acompañada de hematoma.
Si se cree que se puede tener esta lesión, es fundamental realizar una serie de pruebas para determinar si se trata de una fractura o de un desgarro óseo.
Mejores tratamientos para esguince de tobillo
Se dice que la mejor defensa es un buen ataque. En este caso, los mejores tratamientos para un esguince de tobillo comienzan con una rápida actuacióno.
No importa si es un esguince grave o más leve, lo fundamental es acudir a un profesional a que evalúe el daño y decida el mejor tratamiento.
En este caso, la fisioterapia y los tratamientos osteopáticos serán uno de los mejores aliados.
Ahora bien, todo tiene su momento y a continuación de indicamos cuáles son los mejores tratamientos según las fases.
Fase aguda
La fase aguda es la que incluye las primeras 48-72 horas desde la producción del traumatismo.
Es fundamental en este estadio intentar controlar y reducir la inflamación.
Para ello, se recomienda encarecidamente seguir estas instrucciones.
Reducir la inflamación
En cuanto sea posible, tendremos que colocar hielo cubierto con un paño o cualquier producto congelado en la zona dañada.
Es importante que no haya contacto directo del frío con el tobillo.
Por otra parte, se pondrá el pie en alto.
Estas medidas conseguirán controlar y minimizar la inflamación.
Aparte, realizar un vendaje compresivo ayudará a fijar el tobillo y evitar traumas mayores.
En resumen, esta fase comprenderá: reposos, hielo en la zona afectada, compresión y pie en alto.
Aparte, se acudirá a un centro médico para que valoren el tipo de lesión.
Fase de fortalecimiento
A partir del cuarto día, se podrá empezar a movilizar el tobillo según el grado de la lesión.
Para ello, se comenzará a fortalecer mediante ejercicios y si así lo requiere, rehabilitación por parte de especialistas.
Conviene no comenzar esta fase tarde ya que se podría cronificar el esguince de tobillo y tardar meses en curarse e incluso no llegar a recuperar la movilidad completa si es un grado grave.
Aparte del fortalecimiento, se podrá hacer uso de órtesis que aportarán estabilidad en la zona.
Fase final
En esta última fase se seguirá fortaleciendo el pie a través de rehabilitación y ejercicios. Con ello, conseguiremos que la movilidad sea la correcta y desaparezca cualquier tipo de dolor al caminar.
Cabe recordar que en esguinces de grado 3 estas fases se prolongarán y hasta puede haber casos que requieran de cirugía.
Cómo ayuda la fisioterapia y la osteopatía a los esguinces de tobillo
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