Abdominales ¿Si? ¿No? Entendiendo nuestro cuerpo
Todo aquel que se ha acercado por un gimnasio o a abierto una revista dedicada al ejercicio a oído hablar del Core, aún así sigue siendo un gran desconocido para la mayoría.
El Core es una palabra inglesa que significa núcleo o centro y que utilizamos para referirnos al conjunto de la musculatura de la zona central de nuestro cuerpo, también se le conoce como faja abdominal, y a pesar de su “fama” continua siendo un gran desconocido.
Su función destacada como conjunto de músculos es estabilizar la columna vertebral y la pelvis durante el movimiento. Transverso del Abdomen, Oblicuo mayor y menor, Recto Anterior del Abdomen, Multifidos, Diafragma y músculos del Suelo Pélvico son conjuntos musculares a destacar dentro del Corre.
Lo más importante para entenderlo es conocer qué tipo de musculatura lo compone y cuáles son sus características. El Core está compuesto por músculos fasicos o posturales que son aquellos cuya principal función es la de mantener la estabilidad del conjunto anatómico tanto en estático como en movimiento. Son músculos con una tendencia a la hipotonicidad (falta de tono), por lo que el trabajo a desarrollar con este tipo de músculos es el de fortalecerlos.
Una vez que conocemos un poco su función, los músculos que lo componen y la tipología de los mismo es el momento de pararnos a pensar como los tenemos que trabajar. Desde el punto de vista de la salud hay que tener en cuenta las investigaciones que se llevan haciendo en los últimos años.
Primero destacaría que no hay que hacer abdominales. Hay estudios que desvelan que un 80% de la población que aun no tiene una hernia discal o protrusión diagnosticada, ya la tiene o la va a tener en un futuro, por lo que realizar continuas flexiones de columna como en los típicos abdominales en los que exponemos los discos intervertebrales no es la mejor opción.
Por otro lado estudios recientes también nos dicen que determinadas sensores motores que intervienen en la estabilidad corporal y el sistema propioceptivo solo se activan en bipedestación es decir estando de pie, un dato muy a tener en cuenta al utilizar técnicas del método Pilates por ejemplo que suele “abusar” de ejercicios en el suelo. El método Pilates es una gran herramienta pero hay que tener en cuenta este tipo de cuestiones para poder sacarle el mejor partido.
Una parte muy importante del Corre que ya comentábamos anteriormente y que en los últimos años ha cobrado mucha importancia es el Suelo Pélvico, un gran olvidado durante muchos años al que hoy en día sabemos que hay que prestarle mucha importancia, sobre todo las mujeres ya que una disfunción en esta zona puede dar lugar a problemas graves que pueden ir desde perdidas de orina, hasta prolapsos vaginales, uterinos o rectales.
El suelo pélvico lo forman músculos y fascias entre cuyas funciones están la de dar soporte flexible a los órganos de la pelvis (vejiga, útero y recto) contribuye a los mecanismos de continencia urinaria y fecal y a la función sexual.
Los ejercicios abdominales típicos, inclusive algunos de los que entran dentro del método Pilates, los ejercicios de impacto de alto impacto como la carrera u otros en los que se genera un aumento de presión o tensiones excesivas, que no hacen más que aumentar el problema. Cuando esto ocurre y volviendo a ceñirnos a los últimos datos de los que se disponemos las técnicas posturales hiporesivas (Low Pressure Fitness) son la mejor opción para solucionar este grave problema, ya que hacen trabajar la faja abdominal creando una disminución de presión que “tira” de la musculatura del Suelo Pélvico hacia arriba, estando demostrado que puede solucionar las dolencias que antes describíamos. Me gustaría recordar que si bien los problemas que surgen son diferentes evidentemente, los hombres también pueden sufrir trastornos a nivel de Suelo Pélvico.
Todo esto que estamos hablando está muy bien, pero puede ser que alguien de los que lo estáis leyendo penséis, ya, pero yo soy un deportista (bien sea amateur o profesional) y no tengo ningún problema de salud, ¿tengo que tener en cuenta todo esto?
Es cierto que a nivel de deporte de competición las necesidades pueden ser otras y no siempre van de la mano de la salud, desde el punto de vista de un deportista amateur que busca una mejora de su estado físico general y de su salud parece lógico tener en cuenta todos estos aspectos ya que a menos lesiones mayor rendimiento.
Como decimos las necesidades de un deportista son diferentes a las de una persona no activa por lo que nuestro objetivo principal debe de ser la estabilidad del conjunto lumbo-pélvico-abdominal. Autores punteros en el campo de la biomecánica nos hablan de ejercicios de anti-movimiento en los que tendremos que exponer al sistema a situaciones en las que nuestro Core tenga que responder estabilizando ante fuerzas que provoquen ya sea extensiones, flexiones laterales y rotaciones.
En definitiva es un tema muy complejo en el que además tenemos que trabajar con una herencia en la que los ejercicios abdominales servían para todo, desde proporcionar salud hasta eliminar la grasa abdominal. Conceptos que hoy en día sabemos que no son ciertos y más aun pueden resultar peligrosos desde el punto de vista de la salud.
Un trabajo multidisciplinar en el que se cuente con un diagnostico acertado, que haga conocer las necesidades reales de la persona, esto, unido al conocimiento de las diferentes opciones de trabajo existentes para saber utilizar cada una de ellas en cada una de las circunstancias que se puedan dar, junto con sesiones personalizadas que aseguren un seguimiento exhaustivo serán las claves para mejorar.