La lumbalgia: definición, causas, sintomas y tratamientos
¿Por qué en la actualidad hay tanta incidencia de dolores lumbares como lumbalgias o lumbago en la sociedad en la que vivimos?
Definición, incidencias, etiología, causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y consejos
Prácticamente todos los individuos sufrirán un episodio de lumbalgia en algún momento de la vida (entre un 65 y un 90%). El dolor lumbar es uno de los padecimientos más antiguos y frecuentes de la humanidad
Daré todo el protagonismo a la descripción del dolor lumbar: qué es, cuáles son sus síntomas, tiempo de evolución, el origen anatómico, los principales factores endógenos (internos) y exógenos (externos), niveles de incidencia, diagnóstico y tratamiento que pueden estar relacionados con el dolor y las diferentes cargas en la zona lumbar de la espalda durante posturas y movimientos. Conocer a fondo el problema nos permitirá conocer qué debemos hacer cuando tenemos dolores lumbares, el tratamiento, la importancia del ejercicio, y lo más importante, como evitar las recidivas o recaídas.
¿Qué es una lumbalgia o lumbago?
El dolor lumbar, también llamado dolor lumbosacro, lumbalgia o lumbago es el dolor localizado en la parte baja de la espalda, correspondiente a la zona lumbar de la columna vertebral y que afecta alguna parte de la zona que se extiende desde la parte más baja de las costillas posteriores hasta la zona más baja de los glúteos, con o sin compromiso de las extremidades inferiores.
Tradicionalmente, se ha perpetuado la idea errónea de que en un 80-90% de los casos de dolor lumbar la causa es desconocida.Sin embargo, con una evaluación exhaustiva del paciente, normalmente sí es posible identificar y tratar la causa del dolor. Este puede derivarse de raíces nerviosas, músculos, ligamentos, estructuras fasciales, vértebras y discos intervertebrales, así como de los órganos de la cavidad abdominal correspondientes con la zona lumbar.
En la mayoría de las ocasiones, se debe a causas biomecánicas, tales como traumatismos; esguinces o distensiones por estiramientos excesivos, capacidad muscular disminuida o falta de flexibilidad, mal uso o control muscular, mala postura mantenida; degeneración, hernia o rotura de discos intervertebrales; ciática; o exceso de peso, entre otras. Las enfermedades inflamatorias de las articulaciones, las fracturas por osteoporosis y los trastornos gastrointestinales y genitourinarios también pueden causar dolor lumbar.
Para comenzar a hablar de la lumbalgia, primero es necesario definirla, y ésta se concreta como la sensación dolorosa circunscrita al área de la columna lumbar, teniendo como efecto una repercusión en la movilidad anormal de la zona debido al dolor.
La parte inferior de la espalda es una estructura intrincada, de elementos interconectados y superpuestos:
- Tendones, músculos y otras partes blandas (ligamentos, fascias)
- Raíces nerviosas y nervios altamente sensibles que van de la parte inferior de la espalda a las piernas y los pies.
- Articulaciones pequeñas y complejas
- Discos intervertebrales con sus núcleos gelatinosos.
Una irritación o un problema en cualquiera de estas estructuras puede causar la lumbalgia o un dolor que se irradia hacia otras partes del cuerpo o que se siente en ellas. El dolor provocado por los espasmos musculares lumbares resultantes puede ser fuerte y existen varios síndromes que producen un dolor que puede llegar a ser crónico.
Aunque la lumbalgia es extremadamente común, sus síntomas y su gravedad pueden variar mucho. Por ejemplo, una simple distensión muscular lumbar puede ser tan intensa que requiere una visita a urgencias, mientras que una degeneración discal podría no causar más que molestias leves e intermitentes.
Es importante notar que muchos tipos de lumbalgia no tienen causa anatómica conocida, pero esto no quiere decir que el dolor no existe. Aun sin causa identificable del dolor, el dolor del paciente sigue siendo real y debe ser tratado.
La región lumbar tiene una mayor rango de capacidad de movimientos, especialmente flexión, extensión, latero flexión y rotación, esto la hace más vulnerable a ser el asiento de diversas alteraciones o disfunciones.
Los esfuerzos físicos y las malas posturas son capaces de sobrecargar estas estructuras lesionándolas. La causa más frecuente de lumbalgia es la contractura muscular por un esfuerzo, esto es conocido como lumbalgia mecánica y se caracteriza por un dolor intenso bien localizado descrito como una sensación de presión, por lo general este dolor va disminuyendo con el pasar de los días si se guarda un reposo relativo, pudiendo desaparecer por completo sin ningún tipo de tratamiento. Este dolor es de tipo mecánico por lo que se suele agravar con los movimientos y los esfuerzos y aliviar con el reposo.
Síntomas de las lumbalgias
La lumbalgia puede manifestarse mediante cualquier combinación de los siguientes síntomas:
- Dificultad para moverse que puede ser lo suficientemente grave como para impedir que el paciente camine o se ponga de pie
- Dolor que no se irradia por la pierna o un dolor que también pasa por la ingle, la nalga o la parte superior del muslo, pero que rara vez llega debajo de la rodilla
- Dolor que suele ser sordo
- Espasmos musculares que pueden ser graves
- Área localizada que es dolorosa con la palpación
Entre los síntomas pueden encontrarse cualquier combinación de los siguientes:
- Lumbalgia leve persistente, interrumpida por ataques de dolores fuertes o espasmos musculares de unos días a varios meses de duración
- Dolor crónico que puede ser de molesto a grave
- Dolor que empeora al sentarse
- Al caminar, o hasta al correr, puede sentirse mejor de lo que se siente al sentarse o al estar de pie
- Dolor que se alivia con frecuentes cambios de posición
- Dolor que se irradia hacia las nalgas y la cara posterior de los muslos (también denominado ciática o dolor radicular)
- Dolor que empeora al inclinarse hacia atrás
- Dolor que se alivia al sentarse, especialmente al sentarse en una posición de inclinación hacia atrás
- Sensación de cansancio en las piernas y, posiblemente, adormecimiento u hormigueo en las piernas, especialmente después de caminar
- Dolores que interrumpen el sueño
- Un dolor que es más pronunciado a primera hora de la mañana y otra vez al final del día
- Un dolor sordo, continuo o intermitente, en la parte inferior de la espalda que se agrava después de hacer actividad física
- Entumecimiento o una pérdida de flexibilidad en la espalda (por ejemplo, una incapacidad para doblarse por la cintura con comodidad)
- Incapacidad para caminar mucha distancia sin tener dolor en la pierna
- Debilidad, adormecimiento y hormigueo que se irradian de la parte inferior de la espalda a las nalgas y las piernas
- Dolor de espalda de aparición repentina o lenta progresiva.
- Dolor que al estar de pie o al caminar generalmente empeora.
- Al acostarse boca arriba el dolor se pone menos intenso
- Pérdida de estatura (por la adaptación y compensación del cuerpo al no dolor)
- Movilidad limitada de la columna
Causas de lumbalgia
Para descubrir las causas de la lumbalgia y elaborar un plan de tratamiento, los Terapeutas pedimos a los pacientes que describan el sitio (la zona), gravedad (la intensidad) y tipo del dolor, además de los antecedentes del dolor: cuándo lo empezó a sentir y las actividades que puedan estar asociadas con él.
Posibles causas:
- Distensión muscular, ligamentaria o fascial:
Una de las causas más comunes de la lumbalgia aguda es la distensión de un ligamento, fascia o de un músculo de la espalda. Al levantar algo pesado, torcerse o realizar un movimiento brusco, puede producir un estiramiento de los músculos o ligamentos o provocar desgarros tisulares en los tejidos.
El grado de dolor por una distensión lumbar puede variar de una molestia leve a un dolor fuerte e incapacitante, según el grado de la distensión y de los espasmos musculares lumbares provocados por la lesión. Las distensiones de la espalda con frecuencia se curan por sí solos, con la ayuda de alguna combinación de descanso, aplicación de hielo o de calor, antinflamatorios, tratamiento y ejercicios para la parte inferior de la espalda - Hernia discal lumbar:
Se entiende por ciática los síntomas causados cuando una raíz nerviosa de la columna lumbar es comprimida, causando dolor y adormecimiento que pasan por el nervio ciático mayor que provee de nervios a las nalgas, las piernas y los pies. En adultos más jóvenes, la ciática puede tener como causa una gran diversidad de afecciones, siendo la más común una hernia discal lumbar (también puede ser causada por la discartrosis, la espondilolistesis ístmica u otras afecciones) - Discartrosis:
La discartrosis lumbar puede afectar a pacientes de tan solo 20 años de edad. Cuando los discos intervertebrales lumbares empiezan a deteriorarse, el disco dañado puede causar no solo inflamación sino también una leve inestabilidad de la parte inferior de la espalda, provocando así dolores, espasmos musculares y, a veces, la ciática. La discartrosis es una afección común y con frecuencia se trata con éxito. - Espondilolistesis ístmica:
Se entiende por espondilolistesis ístmica el deslizamiento hacia adelante de una vértebra de la parte inferior de la espalda por encima del espacio intervertebral vecino inferior. Es más frecuente al nivel L5-S1 y puede causar la lumbalgia debido a la inestabilidad y un dolor de raíz nerviosa por compresión de la raíz nerviosa. La fractura ocurre muchas veces durante la niñez, pero normalmente no causa mucho dolor hasta la edad adulta. - Artrosis de las articulaciones facetarias
La artrosis de las articulaciones facetarias es una afección degenerativa de evolución lenta. El dolor es causado por la degeneración del cartílago y la capsula entre las articulaciones facetarias de la columna. Al principio, los síntomas pueden ser solo intermitentes, pero luego pueden convertirse en una lumbalgia más constante y, con el tiempo, pueden llegar a causar no solo una lumbalgia sino también la ciática. - Estenosis del canal lumbar o espondilolistesis degenerativa
Tanto la estenosis vertebral (estrechamiento del canal medular o de los agujeros de conjunción) como la espondilolistesis degenerativa pueden comprimir los nervios por donde estos salen de la columna vertebral. Cuando uno está de pie, por ejemplo (cuando está caminando) normalmente, esto aumenta la compresión del nervio, causando el dolor irradiado de pierna. - Aplastamiento vertebral (p.ej. por osteoporosis):
Como regla general debe considerarse la posibilidad de un aplastamiento vertebral luego de cualquier aparición repentina de dolor de espalda en adultos mayores de 50 años, especialmente en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis y en hombres y mujeres luego del uso prolongado de corticoesteroides.(En una persona con osteoporosis, hasta una fuerza pequeña ejercida sobre la columna, como por un estornudo, puede ocasionar un aplastamiento vertebral).
Otras causas frecuentes de la lumbalgia
Aunque son menos frecuentes que las afecciones enumeradas arriba, existen varias otras afecciones que también pueden causar la lumbalgia, entre ellas:
- Disfunción de la articulación sacroilíaca
- Síndrome piriforme
- Infección
- Tumor medular
- Fibromialgia
- Espondiloartritis anquilosante
- Coccigodinia
Antiguamente se pensaba que el lumbago se debía a sobre esfuerzos musculares o alteraciones orgánicas, como artrosis, escoliosis o hernia discal. El tratamiento del paciente consistía en reposo y analgésicos. Si el dolor desaparecía se recomendaba reducir la actividad física y, en caso de persistir, se recurría a la cirugía. Se ha demostrado que la mayoría de estos conceptos son erróneos y que gran parte de las alteraciones orgánicas de la columna vertebral son irrelevantes y que no se correlacionan con la existencia de lumbalgia.
Cuando se habla de dolor lumbar inespecífico o lumbalgia inespecífica, se refiere a aquel proceso de dolor lumbar en el cual no se puede determinar la causa que lo produce. Aproximadamente un 90% de los casos no presenta ningún tipo de lesión o daño estructural demostrable, sino una asociación entre factores musculares y psicosociales que generan conductas de evitación, miedo y atrofia muscular, provocando un círculo vicioso que favorece la cronificación y la incapacidad.
Clasificación de la lumbalgia inespecífica según el tiempo de evolución
Según su tiempo de evolución, la podemos clasificar en tres grupos: agudas, subagudas o crónicas. Entre las 8 y 12 semanas se considera de alto riesgo para el desarrollo de cronicidad e incapacidad.
Además de identificar el dolor según el sitio, la intensidad y los síntomas de la lumbalgia generalmente son clasificados como agudos, subagudos o crónicos.
- Lumbalgia aguda: es de corta duración, generalmente de unos días a unas semanas. Algunos síndromes de dolor agudo pueden ponerse más graves si se dejan sin tratar.
Algunos autores plantean que la lumbalgia aguda presenta un tiempo de evolución inferior a las 4 semanas, mientras que otros la describen como aquella que no va más allá de las 2 semanas o incluso de la semana de evolución.
El dolor lumbar agudo es recurrente en un 60-80 % de los casos. - Lumbalgia subaguda: existen autores que consideran que este tipo de lumbalgia presenta un tiempo de evolución comprendido entre las 4 y 12 semanas, pero para otros serían las comprendidas entre las 2 y las 12 semanas o incluso entre la semana y las 7 semanas.
- Lumbalcia crónica: como ocurre con las lumbalgias antes comentadas, y en lo que respecta a las de tipo crónica, no existe un consenso absoluto respecto a su tiempo de evolución. De esta manera, algunos autores la describen como aquella que ya supera los 3 meses, mientras que para otros se consideraría crónica cuando ya supera las 7 semanas de evolución. La lumbalgia crónica generalmente se define como un dolor que persiste por más de tres meses. El dolor puede ser progresivo, o en ocasiones puede intensificarse durante un período de días o semanas para luego volver a ser más leve. A veces puede ser difícil determinar la causa exacta del dolor crónico.
Origen anatómico del dolor lumbar
Es muy importante entender de dónde podría venir el dolor lumbar, me parece imprescindible comentar las principales estructuras que podrían estar implicadas en la génesis de la lumbalgia. Estas serían las siguientes:
- Disco intervertebral: de forma natural, la inervación del disco se produce a nivel del tercio externo del anillo fibroso, no obstante se ha comprobado que en los pacientes con lumbalgia crónica esta inervación está aumentada, ya que se pueden observar terminaciones en la parte interna del anillo fibroso y también en el núcleo pulposo. Por lo tanto, se puede afirmar que en estos pacientes se produce una hipersensibilidad como consecuencia de una mayor inervación y un proceso inflamatorio asociado.
- Articulaciones cigoapofisarias: pueden estar muy implicadas en la génesis de la lumbalgia, ya que se ha comprobado que la cápsula articular presenta una rica inervación a estos niveles.
- Músculos: los músculos posteriores del tronco que permiten soportar las posturas del cuerpo, los movimientos y estabilización de la columna lumbar, se pueden presentar en 3 grupos generales funcionales:
- Los rotadores menores e intertransversales(Multifidus, transversos espinosos, rotatores e interespinales), músculos profundos, que aparentemente actúan como estabilizadores y sensores de posición en cada articulación, más que de generadores de movimiento.
- Sacroespinales (iliocostales y longísimoy dorsal largo) que tiene la acción principales de generar largos momentos de extensión por encima de la región lumbar.Mantienen la columna erecta y ayudan a movimientos de inclinación y latero flexión. Se piensa que una de las principales causas de la lumbalgia inespecífica es el espasmo o contractura muscular de los paraespinales, debido a que se ha comprobado mediante estudios bioquímicos la rica inervación de estos.
- Músculos abdominales de la flexión y estabilización de tronco (recto anterior, transverso y oblicuos) junto al psoas y al cuadrado lumbar. La mayoría de episodios agudos de lumbalgia inespecífica se deben inicialmente al mal funcionamiento de la musculatura y posteriormente a un mecanismo neurológico. En los casos subagudos, este mecanismo se mantiene activado y puede llegar a inducir cambios persistentes en las neuronas medulares. En los casos crónicos se suman factores musculares y psicosociales que constituyen un círculo vicioso dificultando la recuperación espontánea.
- Fascia lumbodorsal: se puede considerar como un cinturón natural de la espalda. La activación del músculo gran dorsal y los músculos abdominales oblicuos profundos, contribuyen a las fuerzas de rigidez y a la estabilización de la columna lumbar a través de la fascia. Probablemente también tiene una función propioceptiva, a parte de la función estabilizadora para la parte posterior, junto a la fascia abdominal por la parte anterior y los músculos abdominales funcionales lateralmente.
- Periostio, raíz nerviosa, ganglio posterior y duramadre: la inervación del periostio debe ser el origen del dolor asociado a los procesos degenerativos de tipo óseo, como la osteoporosis. En relación a la raíz nerviosa posterior, la parte de la duramadre que la recubre y el ganglio nervioso posterior, formado por fibras nerviosas sensitivas, se ha comprobado que son los principales responsables del dolor asociado al proceso ciático.
Factores epidemiologicos principales
Dentro de la lumbalgia, como en todas las lesiones, encontramos una serie de factores endógenos que pueden estar relacionados con el dolor. Veamos algunos de ellos:
- Sexo: los estudios realizamos en este aspecto resultan contradictorios. En algunos estudios se habla de que el sexo no es una variable predictiva y que durante los años de trabajo, hombres y mujeres tienen dolor lumbar con la misma frecuencia.
- Edad: el dolor lumbar aparece como causa principal de limitación de actividad en personas menores de 45 años y como tercera causa en mayores de 45 años. Fundamentalmente los primeros episodios de dolor aparecen en edades comprendidas entre los 20 y 40 años
El dolor se manifiesta de diferente forma según la edad. Los trabajadores jóvenes son los que presentan mayor riesgo por la adquisición de dolor en el trayecto del nervio ciático, mientras que los trabajadores mayores se quejan de dolor indefinido.
Los síntomas en personas con trabajos manuales pesados ocurren con frecuencia por primera vez cuando comienzan la actividad laboral. Existe un incremento de la edad como factor de riesgo para los problemas de espalda relacionados con el trabajo.
- Altura y peso: Ambos factores no tienen una clara relación con la lumbalgia. No hay consenso en relación a la altura, si el hecho de ser más o menos alto afecte de una u otra manera en el dolor lumbar. Lo mismo ocurre con el peso, aunque sabemos que el sobrepeso o la obesidad sobrecarga las diferentes articulaciones del cuerpo, y así las vértebras sufren una mayor compresión.
- Fortaleza y flexibilidad de la musculatura de la espalda: los musculos extensores de tronco son normalmente más fuertes que los flexores, y que los “enfermos de espalda” poseen una fuerza máxima significativamente menor de la musculatura extensora que los “sanos de espalda”, pero no de la musculatura flexora.
- País o región: La presencia de dolor lumbar varía según el país. Estas diferencias se deben al hecho de que las vivencias culturales, aunque sin afectar los mecanismos biológicos que desencadenan la aparición del dolor, pueden tener una clara repercusión en la forma que se afecta la vida diaria y en las estrategias para limitar su impacto en la calidad de vida. Los tejidos no responden de la misma manera en un clima húmedo y frio a un clima cálido.
- Factores relacionados con el trabajo: Hay una gran evidencia de que existen factores ocupacionales asociados al dolor de espalda, como por ejemplo el trabajo físico pesado, las posturas de trabajo estáticas, las flexiones y giros frecuentes del tronco, los levantamientos y movimientos bruscos, el trabajo repetitivo y las vibraciones.
- Factores biopsicosociales: Existe una relación entre la incapacidad laboral por lumbalgia y la insatisfacción o descontento laboral, monotonía en el trabajo, tipo de trabajo, salarios bajos, inestabilidad laboral e inseguridad económica. Además, los trastornos psicológicos se han identificado como causa de cronificación de la lumbalgia.
Vistos los factores endógenos que pueden afectar al proceso lumbálgico, veamos aquellos factores exógenos.
Factores biomecánicos
Existen posturas que afectan negativamente a la espalda incrementando el dolor o el riesgo de sufrir lumbalgia. Algunas de estas serían:
- Posturas de trabajo estáticas: Los estudios demuestran que aquellos trabajos que se caracterizan por posturas estáticas son un factor de riesgo en la lumbalgia. Aquellas que requieren una ligera flexión de tronco (entre 21 y 45º), elevadas flexiones de tronco (más de 45º) y las que suponen una torsión o flexión lateral del tronco de más de 20º, son las más asociadas a los episodios de lumbalgia. El dolor de espalda aumenta en la adquisición de estas posturas y el tiempo de exposición al que se está sometido.
- Posturas sentado: permanecer sentado durante largos períodos de tiempo es un claro factor predisponente de lumbalgia. Por el contrario, trabajar en diversas posturas, y no siempre realizando la misma actividad podría reducir el porcentaje de problemas de lumbalgia.
- Flexión y torsión de tronco frecuente: el peligro de lumbalgia aumenta con las repetidas flexiones y torsiones de tronco, de la misma manera que este se ve incrementado si los movimientos se realizan a altas velocidades (movimientos explosivos). Además, parece ser que las hernias discales están asociadas con la flexión completa de la columna por un largo o repetido período de tiempo. La hernia parece imposible sin la completa flexión de tronco.
- Generación de potencia del tronco: la baja potencia en los movimientos, es decir, que estos se realicen gradualmente, es necesaria con tal de reducir los riesgos de lesión o dolor, ya que la velocidad y aceleración tienen una clara relación con los factores de riesgo.
Cargas de movimientos en las lumbares
Las cargas en la parte baja de la espalda son otro factor exógeno a considerar con tal de protegerla. Veamos algunas de ellas:
- De pie e inclinación hacia adelante: al inclinarnos hacia delante, la columna se flexiona y los extensores realizan una contracción excéntrica. En la máxima flexión, los tejidos pasivos realizan un momento de fuerza rápida, alejando a los músculos de su función. Aparentemente, la “relajación” de los extensores lumbares solo se da como sensación, ya que estos generan una fuerza elástica substancial durante la flexión mediante el estiramiento.
- Levantamientos: durante los levantamientos, los músculos y ligamentos requieren mantener la postura y la carga de grandes fuerzas en la columna vertebral. Por ello es tan importante la técnica para levantar un objeto, con tal de reducir los momentos de fuerza de la parte baja de la espalda y así el riesgo por excesiva carga.
- Caminar: miles de cargas de baja intensidad son resistidas por la columna cada día mientras se camina. Estas pueden resultar insignificantes en algunas personas, pero para otras pueden resultar dolorosas. Caminar lentamente reduce el movimiento de la columna vertebral y produce más carga estática a los tejidos, mientras que caminar rápido, con balanceo de brazos, causa una carga cíclica de los tejidos. Por lo tanto, este caminar rápido con el resto de factores controlados, resulta en menores esfuerzos de torsión, actividad muscular y cargas (hasta un 10% menor observado en algunos casos). Además, se ha observado que caminar rápido es un factor positivo en la prevención y recuperación de los problemas de lumbalgia.
- Empujar y estirar: de la misma manera que ocurre con los levantamientos, las técnicas de empujar y estirar son un factor dominante. La relación óptima para una mayor protección de la espalda en cuanto a porcentajes de fuerza se refiere entre empujar (press) y estirar (remo) es de 60 – 40% respectivamente (F. Cos 2014).
- Sentado: estar sentado generalmente supone una menor actividad abdominal que si se está de pie y con una mayor actividad de los extensores si se está sentado sin apoyo de la espalda. Sentarse encorvado minimiza la actividad abdominal, mientras que sentarse más vertical requiere una mayor activación del psoas y de los músculos extensores. La flexión completa incrementa el estrés del anillo discal, que puede producir hernias. Posturas más verticales y la consecuente activación del psoas y otros músculos, impone cargas compresivas adicionales a la columna. Algunos estudios han sugerido que no existe una postura ideal para sentarse, pero que se recomienda variarla con tal de minimizar el riesgo de sobrecarga tisular.
Incidencia
La lumbalgia es la mayor causa de discapacidad en todo el mundo, muy por encima de cualquier otra enfermedad. Es una enfermedad muy discapacitante, “propia de los llamados países más desarrollados“
Y dado que el crecimiento de la población mundial es constante, es probable que el problema vaya a ir a más en las próximas décadas.
En España provoca más de 2 millones de consultas anuales en Atención Primaria, y es considerado como uno de los problemas de salud relacionado con el trabajo que con más frecuencia causa incapacidad laboral transitoria. Entre 2-5% de personas refieren dolor lumbar al menos una vez al año.
En España el dolor lumbar crónico en mujeres es de un 7,5 % y en hombres de un 7,9%. La prevalencia anual se estima entre un 15%-45%. El 11,4 % de las incapacidades temporales o bajas laborales en España se debe a lumbalgias con una media de duración estimada de 17,6 días.
El gasto en España que generan las lumbalgias, tanto asistenciales como laborales, oscila entre al 1,7%-2,1% del PIB, lo que se traduce en “La cifra de gasto es de unos 16.000 millones de euros”.
Se consideran costes directos los relacionados con las visitas al médico, hospitalizaciones, visitas de emergencia, rehabilitación, o cualquier otra que implique visita al profesional sanitario o centro de salud. Si los costes directos son elevados no lo son menos los indirectos, puesto que son las bajas laborales y los problemas que se producen como consecuencia de estas bajas.
Las áreas a nivel mundial donde la prevalencia de la lumbalgia es más elevada son Europa occidental, seguida por el norte de África y Oriente Medio, y las más sanas, el Caribe y América Latina.
La principal causa de la lumbalgia reside en nuestros hábitos y estilos de vida, cada vez más sedentarios, con sobrepeso, con menos tiempo para hacer ejercicio o por el contrario un exceso de ejercicio o deporte mal practicado etc. Si consiguiéramos mejorar estos hábitos, mantener una vida mas activa y cuidar la ergonomía, reduciríamos muchísimo el problema generado por la lumbalgia»,
El sedentarismo, estar mucho tiempo sentado en el trabajo no es nada bueno para nuestra espalda. No trabaja la musculatura y termina por aparecer la lumbalgia
El dolor lumbar es uno de los más frecuentes en el ser humano. Solamente 1 o 2 de cada 10 personas pasarán su existencia sin dolor lumbar.
La lumbalgia representa la patología crónica que produce con mayor frecuencia una limitación de la actividad en la población de menos de 45 años. Suele predominar entre la segunda y quinta década de la vida.
Existen todavía muchas preguntas sin respuesta acerca de cuál es el sustrato anatómico, factores de predisposición, así como medios diagnósticos y terapéuticos.
Se han realizado numerosos estudios para determinar los factores de riesgo de las lumbalgias en la población general, y predominantemente en la activa, por ejemplo factores mecánicos, desequilibrio entre la fuerza muscular de un individuo y el estrés físico impuesto por su profesión, intenso trabajo físico en torsión y en anteflexión de tronco… Sin embargo, numerosos estudios sobre la relación lumbalgia-trabajo sugieren que “el impacto de los factores psicosociales y del entorno son más importantes que el de los factores físicos y mecánico”.
En todo tipo de lumbalgias (inflamatorias, mecánicas o comunes, funcionales…)
El dolor de espalda representa un problema grave de salud, constituye un problema casi universal y es la segunda causa de consulta en medicina general, después de las enfermedades respiratorias.
Puesto que las causas de dolor lumbar son múltiples, varios estudios han tratado de determinar el peso causal de diferentes factores en la producción del dolor. Entre las etiologías posibles se han citado factores físicos como el levantamiento de pesos, las cargas físicas elevadas, la vibración y el estrés postural . Este último ha sido considerado como el más comúnmente implicado, puesto que incluye movimientos como inclinarse y girar, lo cuales pueden conducir a degeneración discal, dolor lumbar y ciática. Con base en la argumentación anterior no resulta extraño que la incidencia de dolor lumbar en los trabajadores que levantan pesos sea ocho veces mayor, comparada con los que tienen trabajo sedentario.
La lumbalgia y la sedestación prolongada
El modo de vida actual es otro de los grandes factores implicados en la aparición de la lumbalgia ya que nos obliga a permanecer durante mucho tiempo sentados, siendo éste otro de los grandes factores causantes de la lumbalgia o que favorece su aparición precozmente.
Actualmente se ha observado que las personas que desempeñan trabajos que requieren permanecer durante mucho tiempo sentado son las que padecen más episodios de lumbalgias y los que producen mas episodios de recurrencias, por tanto la posición de sedestación ha sido catalogada como un factor de riesgo elevado para columna lumbar. Al sedentarismo prolongado se le pueden sumar otros factores desencadenantes como pueden ser la ausencia de un tono lumbar y abdominal adecuado que permita favorecer una postura sentada lo más correcta y estable posible. La manera en que la columna se coloca al sentarse influye mucho en los patrones de actividad muscular en el tronco, además diversos estudios sugieren que en esta alteración están muy implicados los multífidoslumbares , el transverso del abdomen, los músculos estabilizadores de la columna y los erectores espinales.
Diversos autores hablan de las diferencias que se producen entre la sedestación recta (posición sentada con lordosis lumbar) y la sedestación relajada (posición sentada con cifosis lumbar) y las consecuencias que cada una de ellas producen a nivel de la columna lumbar con la posible aparición de la lumbalgia. Estos autores destacan que durante la sedestación recta se contraen los músculos lumbosacros, los erectores espinales, el transverso del abdomen y los músculos estabilizadores de la columna; y a consecuencia de esta contracción se llegan a producir mejores resultados de respuesta ante cargas estáticas y disminuye la posibilidad de padecer lumbalgias.
Por el contrario estos autores observan que durante la sedestación relajada estos músculos no se contraen y se producen grandes tensiones en la región posterior del anillo fibroso, aumentando las posibilidades de padecer lumbalgia y pudiendo producir a largo plazo patologías tan severas como son las hernias discales lumbares . La sedestación prolongada produce otra serie de consecuencias negativas sobre la columna lumbar como es la pérdida del 50% de la lordosis lumbar, y una tensión excesiva producida sobre los ligamentos de la parte posterior de la columna y de las fibras posteriores de los discos intervertebrales.
Con lo cual hay que tener en cuenta que aunque durante la sedestación los miembros inferiores estén relajados (aunque los isquiotibiales están comprimidos), todas las fuerzas son transmitidas hacia la base de la espalda y por lo tanto la sobrecarga a la que se ve sometida la columna lumbar es bastante elevada.
El mobiliario del que disponen las personas que permanecen durante mucho tiempo sentadas y una posición inadecuada durante la sedestación, son otros de lo factores relacionados con la aparición de la lumbalgia.
En la mayoría de los casos se denomina a esta patología como lumbalgia inespecífica, debido a que no se sabe con exactitud cual es la causa que la originó estimándose que sólo de un 10-15% de los casos se puede determinar con precisión cual fue su origen.
La sedestación prolongada es otro factor muy importante para la prevención y tratamiento de las lumbalgias, ya que es una postura que muchas personas mantienen a lo largo del día debido a las características de su trabajo. Se ha demostrado que la sedestación relajada está muy relacionada con la aparición de la lumbalgia y que los multífidos lumbares superficiales , el músculo transverso del abdomen, la musculatura estabilizadora de la columna y los erectores espinales son fundamentales en esta posición. Por tanto el correcto funcionamiento de estos músculos es fundamental para evitar la aparición de la lumbalgia debida a la sedestación prolongada .
Datos sobre la incidencia
En los últimos 30 años, en las sociedades occidentales, la incapacidad asociada con dolor lumbar se ha convertido en un problema de gran importancia, debido a sus intrincados aspectos individuales, sanitarios, laborales, económicos y sociales .
En los países desarrollados constituye la primera causa de incapacidad laboral . La patología lumbar tiene una influencia considerable en la salud pública y se ha convertido en una de las primeras causas de absentismo laboral . La lumbalgia es un grave problema sociosanitario , y la dimensión del problema es importante . La verdadera trascendencia de las lumbalgias no radica en su prevalencia, sino en la repercusión laboral y los costes de las incapacidades originadas .
Está considerada la principal causa de limitación de la actividad en personas menores de 45 años y la tercera en mayores de 45 años , sólo superada por la cardiopatía isquémica y otros procesos reumáticos , así como la patología músculo-esquelética más prevalente en mayores de 65 años.
El dolor de espalda merece el calificativo de “mal del siglo” o “mal de nuestra civilización”, constituyendo un problema sanitario de primera magnitud. Las estadísticas no solo dicen que 8 o 9 de cada 10 españoles han sufrido o sufrirán dolor de espalda, sino que afecciones como el lumbago van a más.
Representa el primer motivo de invalidez antes de los 45 años, es responsable de una de cada tres bajas laborales y de un gasto millonario para el sistema sanitario De estas dolencias de espalda, la lumbalgia o lumbago es la más importante. Un dato inquietante, el 80% de la población padecerá lumbalgias en alguna etapa de su vida más activa (entre los 30 y 55 años de edad).
Aquellos que tengan pocas complicaciones psicológicas es más probable que se mejoren con un tratamiento adecuado de sus afecciones.
Diagnóstico de la lumbalgia
Un diagnóstico generalmente clasificará la afección del paciente en uno de tres tipos de dolor. Los pacientes pueden experimentar primero un tipo de dolor y, según la evolución de su afección, pueden experimentar luego otro.
Clasificación:
- La lumbalgia axial, el tipo de dolor de espalda más común, ocurre únicamente en la parte inferior de la espalda y no llega a las nalgas ni a las piernas. El dolor puede ser punzante o sordo, y puede ser tan fuerte que limita la realización de las actividades cotidianas, tales como ponerse de pie y caminar. Generalmente empeora con ciertas actividades (como los deportes) o posturas (como sentarse por largos períodos) y se alivia con el descanso. La mayor parte de los casos de lumbalgia axial son agudos –lo cual quiere decir que son de corta duración y se curan dentro de 6 a 12 semanas– pero pueden durar más tiempo y llegar a ser crónicos sino se corrige a tiempo.
- La radiculopatía lumbar (la ciática) es el segundo tipo de dolor más común causado por afecciones de la parte inferior de la espalda. Causada por afecciones que comprimen las raíces nerviosas del nervio ciático, el dolor es más fuerte en la pierna que en la espalda. Los síntomas son un dolor, adormecimiento o debilidad sentidos en la parte inferior de la espalda y en un solo lado de la parte inferior del cuerpo, afectando una nalga, una pierna, un pie, o toda la extensión de la pierna.
- La lumbalgia con dolor reflejo es un dolor de la parte inferior de la espalda que también se irradia a la ingle, la nalga y la parte superior del muslo, pero rara vez por debajo de la rodilla. Los pacientes describen el dolor como un dolor sordo de intensidad variable.
Evaluaciones diagnósticas adicionales para la lumbalgia:
Cuando el dolor es fuerte y no se alivia dentro de 6 a 12 semanas, llega a ser más importante determinar el tratamiento a seguir. Entre las herramientas diagnósticas adicionales se encuentran:
- La radiografía: ofrece información sobre las vértebras; se utiliza para evaluar la estabilidad de la columna, anomalías oseas, los tumores y las fracturas.
- La tomografía computarizada: captura imágenes de cortes transversales de las vértebras y de los discos intervertebrales; se puede utilizar para detectar hernias discales o la estenosis vertebral.
- La mielografía: permite la identificación de problemas dentro de la columna, la médula espinal y las raíces nerviosas. Una inyección de un medio de contraste ilumina la columna antes de tomar una radiografía o realizar una tomografía computarizada.
- La resonancia magnética: muestra una sección transversal detallada de los componentes de la columna. Útil para evaluar problemas con los discos lumbares y las raíces nerviosas y también para descartar otras causas de la lumbalgia, tales como infecciones espinales o tumores.
Tratamiento de la lumbalgia o lumbago
Un abordaje multidisciplinario biopsicosocial es necesario tanto para prevenir las lesiones de la espalda en el ámbito laboral, como para lograr que las personas con discapacidad por lumbalgia crónica puedan regresar a la actividad laboral y actividades de participación con éxito.
Igual que no hay dos personas iguales, no hay dos lumbalgias iguales. Cada uno tenemos un eslabón débil; unos el disco intervertebral, otros los ligamentos, otros los músculos, otros las articulaciones, otros las fascias, otros las raíces nerviosas, otros los órganos viscerales relacionados con las lumbalgias, etc… así que el tratamiento tiene que ser personalizado y adecuado al diferente tipo de lumbalgia. Antes de hacer un tratamiento, lo primero es hacer una exhaustiva anamnesis y valoración para determinar el tipo de lumbalgia y marcar un buen protocolo de tratamiento y unos claros y concisos objetivos a alcanzar.
Uno de los grandes “fracasos” de la medicina ha sido el tratamiento de la epidemia de la incapacidad asociada con el dolor lumbar crónico, lo que supone un gran costo económico y socio laboral que sufren las sociedades industrializadas. El ejercicio físico y un buen tratamiento de terapia manual o fisioterapeutico se encuentra entre los tratamientos más prescritos para las lumbalgias crónicas, ya que puede resultar de gran utilidad en aquellos procesos para volver a la actividad diaria y favorecer la vuelta al trabajo. Las pocas medidas y más generales que proponen los expertos son las siguientes:
- Se debe dar la misma importancia a la reducción del dolor como a la recuperación de la función. Se debe recomendar al paciente llevar una vida activa y proponer modalidades de tratamientos activos por delante de los pasivos.
- Hacer una buena anamnesis , un buen plan de tratamiento personalizado y de objetivos adecuado a cada paciente.
- Se debe intentar mantener a la persona trabajando (depende del tipo de trabajo) o reincorporarla lo antes posible, ya que cuanto más tiempo permanezca alejada del trabajo, más difícil será su reincorporación y más se pueden atrofiar los tejidos de la zona lumbar.
- Intentar dedicar recursos al correcto tratamiento en las primeras etapas, ya que la incapacidad crónica requiere procesos más costosos y con menor éxito.
- Finalmente, es importante notar que la actitud y la situación de uno también tendrán un efecto en los niveles del dolor y en su duración. Por ejemplo, en las personas que tengan depresión, que estén estresadas o que puedan recibir compensación por una lesión de espalda, es más probable que el dolor se vuelva crónico.
Cuándo buscar tratamiento inmediato para la lumbalgia
En la mayoría de los casos, la lumbalgia no requiere de atención urgente, pero los pacientes deben consultar un médico inmediatamente si experimentan una lumbalgia que es causada por un traumatismo grave o que viene acompañada de alguno de los siguientes síntomas:
- Fiebre y escalofríos
- Pérdida de peso reciente e inexplicada o pérdida de peso reciente debido a un traumatismo
- Debilitación importante de las piernas
- Incontinencia intestinal o vesical repentina –ya sea dificultad para orinar o defecar o bien pérdida de control de la micción o la defecación (síndrome de la cola de caballo)
- Dolores abdominales fuertes y continuos (aneurisma de la aorta abdominal)
En casos en que se requiere tratamiento inmediato, los médicos investigarán la posibilidad de una causa seria del dolor, como una infección, un tumor o una fractura.
El tratamiento para la lumbalgia depende de los antecedentes del paciente y de la gravedad del dolor. La gran mayoría de los casos de la lumbalgia se curan dentro de seis semanas sin cirugía y con un buen plan de tratamiento y ejercicios personalizados.
La actividad física o el deporte tienen que tener como principio básico la salud (en este caso la lumbar), por eso tiene que estar bien dirigido. Si el dolor persiste o empeora, se pueden recomendar procedimientos quirúrgicos o diagnósticos más avanzados.